La ganadería Robres Carrillo es un negocio familiar donde, además de la cría de la ganadería en extensivo, se cierra el ciclo con la venta directa de la carne en sus carnicerías propias, ubicadas, una en Mosqueruela (Teruel), y otra en Castellón de la Plana. No comercializan a terceros, sino que toda la producción de vacuno es comercializada en sus establecimientos directamente.
Además, se trata de los primeros productores en producción ecológica de ganado vacuno de la Comunidad Valenciana.
Fernando y Abel, padre e hijo, realizan un manejo trashumante, practicando trasterminancia desde los puertos de Gudar (donde permanecen durante el verano), hasta las vegas costeras (donde permanecen en invierno) quedando en el interregno del Parque Natural del Penyagolosa las estancias generales relativas a saneamiento y control veterinario, además de la comercialización y necesidades personales.
La ganadería cuenta con 85 madres de raza asturiana de la montaña, raza destinada a orientación cárnica. La reproducción es natural realizando monta de machos. En conjunto, cuentan con una superficie de 900 hectáreas distribuidas en tres fincas, con gran cantidad de superficies forestales, unas 30 hectáreas de superficies de siembra aprovechadas a diente y segadas para utilizar dicha comida en invierno y unas 10 hectáreas de pradera.
Prácticamente la totalidad del ganado es de raza asturiana de la montaña, elegida por su gran rusticidad y nobleza a la hora de manejarlas. Es una raza en peligro de extinción. Se trata de animales de selección pura, certificados por la Asociación Española de la Raza Asturiana de la Montaña. Los criterios que se aplican a la hora de elegir la reposición son los valores fenotípicos acordes a las características de la raza, la pureza de esta, la rusticidad, la nobleza y la línea familiar de la que provenga el animal
Los animales están todo el año en el exterior, no existe la estabulación, tan solo hay antiguos corrales rehabilitados utilizados para algún animal que lo requiera por circunstancias sanitarias.
También hay techados en las zonas que pastan los animales en verano pero están abiertos todo el año, con lo que pueden entrar o salir según les convenga. Los terneros se tienen un mínimo de 6 meses con sus madres y, si las circunstancias lo permiten la mayoría de los terneros son completamente de pasto, destetados de sus madres y posteriormente llevados a otra parcela hasta el momento del sacrificio. Cuando no es posible alimentarlas con el propio pasto se les proporciona forraje a libre disposición y pienso certificado ecológico, además de suplemento de cereales como maíz y avena, de productores locales.
La ganadería de Abel y Fernando Robres pertenece a la red del OPEM (Observatorio de Pastoralismo Extensivo del Mediterráneo). Disponen del Certificado de Ganadería Ecológica por el Comité Aragonés y Valenciano de Agricultura Ecológica.