Gestión ganadera, forestal y de conservación en el corazón de Monfragüe
La Dehesa El Guijo, finca ubicada en área Monfragüe, norte de Cáceres, con ganadería ovina, bovina y montanera en extensivo, es una de esas fincas que resumen la esencia del paisaje y la cultura ganadera extremeña. Con una superficie de 3.227 hectáreas, combina de manera ejemplar la producción agroganadera tradicional con la conservación activa de la biodiversidad. Propiedad de la misma familia desde 1831, hoy se gestiona como una sociedad anónima, reinvirtiendo todos los beneficios en la mejora del entorno, la restauración del ecosistema y el mantenimiento de la actividad ganadera.
El territorio de la finca está formado por dehesas de encina y alcornoque, con presencia de fresnos, almeces y matorral mediterráneo. Su localización es especialmente valiosa: 685 hectáreas se encuentran dentro del Parque Nacional de Monfragüe, y el resto en su zona periférica de protección. Además, la finca forma parte de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe y está incluida en dos Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) —río Calzones y Barbón, y Dehesas de Monfragüe—, lo que la convierte en un enclave clave para la convivencia entre ganadería y naturaleza.
La explotación cuenta con entre 1.000 y 1.200 ovejas entrefinas, resultado de cruces entre talaverana, merina e ile de France, perfectamente adaptadas a los recursos del terreno, así como con un rebaño de vacas avileñas cruzadas con toros charolés. También se mantiene una pequeña yeguada usada tradicionalmente en el manejo y una montanera de cerdo ibérico, cuyos animales se engordan al natural durante el aprovechamiento de la bellota.
Los animales permanecen siempre en el exterior, practicando un pastoreo rotacional planificado en función de los recursos de cada zona, incluyendo las áreas de montanera. En los periodos de escasez de pastos, se recurre a forraje propio y a piensos suministrados por la cooperativa Cooprado. No se realiza cebado intensivo: los corderos se venden al destete y los terneros con unos 150-200 kg, siguiendo un ciclo de reproducción natural.
La raza avileña fue elegida por su origen autóctono y rusticidad, mientras que la mezcla con charolés busca mejorar la productividad sin comprometer la adaptación al terreno. En el caso del ovino, las cruzas se orientan a lograr animales equilibrados entre resistencia, calidad de lana y rentabilidad.
El manejo sanitario es racional y preventivo, con una desparasitación anual y las vacunaciones obligatorias. La convivencia con una fauna silvestre abundante —ciervos, jabalíes, aves rapaces— aporta un alto valor ecológico, pero también supone un reto sanitario, especialmente frente a la tuberculosis bovina, que se controla con protocolos veterinarios externos.
La Dehesa El Guijo está certificada con los sellos PEFC de gestión forestal sostenible y Wildlife Estate de gestión de biodiversidad, y participa activamente en iniciativas de conservación y desarrollo rural como el Life Montado-Adapt, la Plataforma de Custodia del Territorio, la PGEP, la Asociación Laneras o la Junta de Acción Local.
Ejemplo de equilibrio entre producción ganadera y gestión ambiental, El Guijo demuestra que es posible mantener viva la dehesa combinando la actividad económica con la preservación del patrimonio natural, asegurando su continuidad como un paisaje productivo, diverso y sostenible en el corazón de Monfragüe.